viernes, 27 de julio de 2012

Un verano fatal

Llega el mediodía a una urbanización de clase media, en clave de verdes y colores tierra, donde cada problema es latente y toda suerte es exigida.
Tres familias con suerte -exigida- pasan su afortunado tiempo junto a la piscina.
Dos muchachos de edad pareja - probablemente unidos por algún parentesco, pero eso ya es mucho adivinar-, se hacen una puñeta constante -constante- bajo una sombrilla importada de un folleto de viajes al Caribe.
Muchacho Uno comienza:
    - ¡Déjame, déjame! ¡No quiero morir antes de mi cumple!
Muchacho Dos espeta:
    - ¿Cuándo es?
Muchacho Uno:
    - El cuatro de Agosto.
Sonrisa maliciosa del Muchacho Dos por toda respuesta.

La lectora testigo levanta su mirada de Perder Teorías de Vila-Matas y piensa, acojonada, "¿Quién dice que aquí no pasa nada?", "Microrrelata la maldad, si puedes", y a continuación aparece "Un verano fatal". 
Sonrisa maliciosa de la Lectora Dos por toda respuesta.

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