viernes, 6 de julio de 2012

La transformación o el amor (de un 17 de Junio)

¿Por qué ahora? ¿Por qué ahora y no antes? Y sobre todo, ¿por qué no después?
Después de la tarde más calurosa de esta primavera en la que todo pensamiento es espejismo y todo espejismo se diluye en el último trayecto que habré de realizar... por ahora.
¿Por qué no callar ahora y hacer valer el silencio hasta el momento en que hablar de este amor sea preciso?
Uno de los mejores títulos para un libro de poemas me estaquea en el dilema: La destrucción o el amor.
Pero ahora que ya pasó el rayo y me partió los huesos -¡cuánta Rayuela!-, me siento con fuerzas para escamotear el dilema.
Amo, me desvivo, pero no me aniquilo.
Y ... exhalo ... ahora, cuando más calor hace y peor se respira pienso,
en todo lo mejor que me has hecho, y en todos tus ojos, haciéndose enormes cuando encuentras mi mirada para empequeñecer después, de pura risa, con las chorradas que te digo.
Y pienso en lo grandecitos que somos juntos. Ahora.
Y pienso,
 que quizá el amor es solo transformarse y transformar al otro.
Con destellos quebrantahuesos, sí,
a ratos,
pero sobre todo y por encima de todo,
dulce cambio eterno en el instante.


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