Perfecto epitalamio. O calmada iniciación a una nueva lección ritual. O cierre de velada. O acompañamiento a la salida de una vinoteca florentina, al caer la tarde. O transición a la escucha de piezas líricas.
Todo ello me sugiere Debussy, al redescubrir casualmente este Claro de Luna.
¡Ah, se me olvidaba! Y que la música amansa a las fieras más fieras...
très joli ma chérie ;)
ResponderEliminarAna