lunes, 28 de noviembre de 2011

Thank a teacher

                                                           
La verdad es que con el título de la campaña y el vídeo sería suficiente. No haría falta comentar mucho más, pero surge indomable la necesidad. Del que se siente enseñante, y aprendiente, claro, todos los días y sin parar, sin querer perder nunca la capacidad de sorpresa. Aunque haya veces que te salga el cinismo, aunque la bilis de otros malgastada en conversaciones cargadas de quemazón te haga pensar en ¿para qué?
Supongo que el para qué sobra.
Y el caso es que yo también tengo que agradecer pensando en todos los profes que pasaron -¡que aún pasan!- por mi vida. Alguno que creí mentor, aunque después no lo fuera -de las decepciones también se aprende-, algunos muy divertidos, otros que llegaron a llorar de impotencia por lo cabrones que éramos... Algunos realmente carismáticos, que te hicieron pensar por primera vez en escribir un poema, en ir al Sahara, en plantar un árbol, en adoptar un niño, en fumar, en beber, en casarte en marzo para poder cogerte el permiso de luna de miel e irte a Argentina, porque allí es todavía verano, y no hace frío como en Agosto.
Miro hacia atrás, recién estrenada la treintena y compruebo satisfecha que ya he hecho algunas de esas cosas -algunas más veces que otras-, otras las estoy reservando, porque lo mejor siempre está por llegar. 
Pero además me ha resultado inevitable pensar en mí. En que yo ya soy profe. En que guardo en papel un buen puñado de mensajes en los que me dijeron "gracias". En los que gente maravillosa, brillante y honesta, con la que he tenido la suerte de cruzarme en la vida, han tenido la bondad de darme las gracias. Y pienso, también inevitablemente, en la etapa que estoy a punto de comenzar, la que todos denominan paradójicamente la más "desagradecida": porque si no te escupe un adolescente (recordemos que, en estos nuestros días, son poco menos que el demonio), te recortan y te pegan en el álbum del inem... pienso, digo, en esta etapa, y me inflo de orgullo y satisfacción y echo a volar cual globo dirigible pensando que algún día, alguno de esos pequeños demoníacos, sea actor de Hollywood o del túnel del terror, dirá algo como: "con ella aprendí que no tenía que ser como nadie más". Por soñar que no quede.

2 comentarios:

  1. Te pareces al Rey de las Españas.(ME LLENA DE ORGULLO Y SATISFACCION).........GRACIAS

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  2. Jajaja, Urdangarín ha hecho que me salga la vena monárquica;) bien por ti, por no desanimarte! nos seguimos escribiendo!

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