domingo, 6 de noviembre de 2011

Del Romance Fronterizo a la Islamofobia

En estos días, opositando, redescubriendo por obligación la literatura medieval, me he quedado atrapada por los romances fronterizos o moriscos, o por ambos, porque la categorización es lo que menos importa... "¿Qué son?" se preguntará uno, "¿por qué te haces daño innecesariamente?" se preguntará otro... Pues se trata de unas composiciones que, aunque extrañas al lector al principio por el lenguaje o la versificación, le llenan de expresividad y le trasladan a otro mundo, donde la tierra media está entre Alhama de Granada y Antequera, donde los amores son tan reales como imposibles y donde las fronteras de aquella "reconquista" no estaban en ninguna parte, eran de facto dificilísimas de trazar.
Aunque cada palmo de tierra que se ganaba parecía importar; pese a que en estos poemas, según algunos críticos, lo que se canta es la "destrucción de un mundo" (cómo se iban desintegrando los últimos territorios nazaríes), mi percepción de este tipo de literatura es radicalmente distinta. Me resultan restos fascinantes -por lo remotos- de un tiempo en el que España era pura mezcla. Mezcla pura y de la buena. Abigarrada y carnavalesca, como la considerará Juan Goytisolo en Crónicas Sarracinas, generadora de color, de arte, de un equilibrio en el vivir y tratar la fe y las maneras del otro, que no se han vuelto a repetir -desgraciadamente- en nuestra historia.
Acostumbrados ahora y encantados de conocernos, celebramos las teorías del interaccionismo cultural, la concepción dinámica de la cultura, y eso de que la hibridez es un hecho y no un objetivo políticamente correcto. El caso es que no nos comportamos así. El caso es que existe un recelo social latente en lo que respecta a la convivencia con personas de otras nacionalidades y religiones. Ese recelo se obvia o se silencia en situaciones de bonanza económica, pero en momentos de crisis (¿se habrá parado alguien a pensar en esta palabra?) sale escupido en "inocentes" conversaciones de mesa y parada de autobús.
Nótese que el comentario es diferente según la longitud, la latitud y el credo.
A mí me gusta pensar que no, que no tenemos tanto miedo. O que si lo tenemos, podemos superarlo.
Yo prefiero mirar a mi alrededor con otros ojos y pensar en mi antigua alumna Fátima y en su niña pequeña, y en los versos que cantan a las torres de la Alhambra, y sobre todo, prefiero pensar que a los "creativos" y representantes de la campaña de más abajo les ha abducido un espíritu de Insidious, y tienen el cerebro hecho papilla, en fin...

AVISO IMPORTANTE: El contenido del spot es xenófobo e islamófobo, pero sobre todo, insultante para la inteligencia de catalanes y españoles, y para la muchacha que salta a la comba, en primer lugar.




1 comentario:

  1. Me quedo sin palabras.El articulo y la reflexion me paarecen geniales.El video me da miedo

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