sábado, 7 de abril de 2012

Vanguardia y resistencia

La definición generalizada de un conservador cuando se habla de las vanguardias poéticas de comienzos del siglo XX es que una manada de burgueses aburridos con sus necesidades cubiertas se dedicaron a escupir sobre los cánones estéticos establecidos, con mucha pompa programática pero poca solidez de criterios intelectuales y artísticos. Si es un conservador con sensibilidad artística y orgulloso de ser español, salvará el Cubismo -por Picasso, faltaría- y los arrebatos surrealistas de Lorca, Alberti, Aleixandre... -que este último fue premio Nobel, faltaría-.
Si el que define es un "progre" amante de la literatura, dirá que solo con estos revulsivos colectivos, por efímeros que fueran algunos, se consiguió la ruptura radical y necesaria con los preceptos que regían el arte como causal y mimético hasta aquel momento. Dirá que necesaria porque el arte convencional no puede sostenerse si el mundo convencional no puede sostenerse. Y el llamado mundo civilizado no se sostenía ante ninguna mirada, caía muerto a muerto durante la Primera Guerra Mundial a causa de los tirones genocidas de las potencias de cada eje en liza.
Un estudiante de, pongamos Filología, de comienzos del XXI, en un ejercicio de distanciamiento y cinismo, bien podría estar de acuerdo con el conservador y el progre, a la vez y sin grandes dilemas.
Pero cuando el estudiante decide que el arte, la literatura, forma parte de la vida, no puede más que decantarse por una u otra actitud ante ambas. Pues es nuestra actitud la que define nuestra mirada y nuestros actos, que, aunque uno crea que nada lleva a cabo, sí lo hace. Siempre hay pequeñas elecciones que marcan diferencias en nuestra vida, y algunas de ellas están muy relacionadas con el arte en todas sus formas, y nuestra mirada y postura ante esas formas.


Considero que ahora, y puesto que tenemos que elegir "qué hacer con el tiempo que se nos ha dado", el estudiante debe
preguntarse qué es Vanguardia o pimera fila.
Si Vanguardia es estrictamente la exploración visual y explotación de los nuevos recursos tecnológicos para, sin duda, hacer avanzar las formas estéticas.
Si Vanguardia es tirarle piedras a la Gioconda (Esta opción no funciona en España, se ha intentado muchas veces, y no funciona. No digo que sea bueno o malo, simplemente no funciona, porque en España siempre hay un neotradicionalismo del que echar mano).
Si Vanguardia es rechazo sistemático a las estructuras establecidas por una determinada cultura empoderada económicamente.
Si Vanguardia es una vuelta a la canción protesta, porque un porcentaje abrumador de familias van a quedar sumidas en la pobreza en los próximos cinco o diez años.
Si Vanguardia es un sálvese quién pueda, que yo voy a echar un día más porque tengo un sueldo, vivo bien, y no voy a leer nada más que lo que caiga accidentalmente en mis manos...

El estudiante asume que Vanguardia es Resistencia: pues se puede resistir con imágenes ultraístas, que mezclan sentido y sensibilidad; con los ángeles de Alberti, con la manzana surrealista de Lorca; con una greguería de Ramón; con pataleos dadaístas y con Breton; con Buñuel, con Nosferatu y con Einsenstein... porque, en definitiva, una lluvia de mierda se resiste mejor con la mente afilada y los sentidos alerta, estando siempre atento a la acción y la reacción. Con la mente afilada y estando siempre abierto a la sugestión artística. Una manera como cualquier otra de resistir.

1 comentario:

  1. Hoy vanguardia es tener el cuajo suficiente para aguantar a los que dirigen el mundo,algunos,terroristas sicologicos,otros tirando bombas a los que no piensan como ellos,algunos,muriendose y queriendo morir matando,y luego están los que llevan 2000 años salvando el mundo.Arte es hoy poder sobrevivir.....Y tambien es arte tener imaginación para seguir viviendo

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