La definición generalizada de un conservador cuando se habla de las vanguardias poéticas de comienzos del siglo XX es que una manada de burgueses aburridos con sus necesidades cubiertas se dedicaron a escupir sobre los cánones estéticos establecidos, con mucha pompa programática pero poca solidez de criterios intelectuales y artísticos. Si es un conservador con sensibilidad artística y orgulloso de ser español, salvará el Cubismo -por Picasso, faltaría- y los arrebatos surrealistas de Lorca, Alberti, Aleixandre... -que este último fue premio Nobel, faltaría-.
Si el que define es un "progre" amante de la literatura, dirá que solo con estos revulsivos colectivos, por efímeros que fueran algunos, se consiguió la ruptura radical y necesaria con los preceptos que regían el arte como causal y mimético hasta aquel momento. Dirá que necesaria porque el arte convencional no puede sostenerse si el mundo convencional no puede sostenerse. Y el llamado mundo civilizado no se sostenía ante ninguna mirada, caía muerto a muerto durante la Primera Guerra Mundial a causa de los tirones genocidas de las potencias de cada eje en liza.
Un estudiante de, pongamos Filología, de comienzos del XXI, en un ejercicio de distanciamiento y cinismo, bien podría estar de acuerdo con el conservador y el progre, a la vez y sin grandes dilemas.
Pero cuando el estudiante decide que el arte, la literatura, forma parte de la vida, no puede más que decantarse por una u otra actitud ante ambas. Pues es nuestra actitud la que define nuestra mirada y nuestros actos, que, aunque uno crea que nada lleva a cabo, sí lo hace. Siempre hay pequeñas elecciones que marcan diferencias en nuestra vida, y algunas de ellas están muy relacionadas con el arte en todas sus formas, y nuestra mirada y postura ante esas formas.
Considero que ahora, y puesto que tenemos que elegir "qué hacer con el tiempo que se nos ha dado", el estudiante debe
preguntarse qué es Vanguardia o pimera fila.
Si Vanguardia es estrictamente la exploración visual y explotación de los nuevos recursos tecnológicos para, sin duda, hacer avanzar las formas estéticas.
Si Vanguardia es tirarle piedras a la Gioconda (Esta opción no funciona en España, se ha intentado muchas veces, y no funciona. No digo que sea bueno o malo, simplemente no funciona, porque en España siempre hay un neotradicionalismo del que echar mano).
Si Vanguardia es rechazo sistemático a las estructuras establecidas por una determinada cultura empoderada económicamente.
Si Vanguardia es una vuelta a la canción protesta, porque un porcentaje abrumador de familias van a quedar sumidas en la pobreza en los próximos cinco o diez años.
Si Vanguardia es un sálvese quién pueda, que yo voy a echar un día más porque tengo un sueldo, vivo bien, y no voy a leer nada más que lo que caiga accidentalmente en mis manos...
El estudiante asume que Vanguardia es Resistencia: pues se puede resistir con imágenes ultraístas, que mezclan sentido y sensibilidad; con los ángeles de Alberti, con la manzana surrealista de Lorca; con una greguería de Ramón; con pataleos dadaístas y con Breton; con Buñuel, con Nosferatu y con Einsenstein... porque, en definitiva, una lluvia de mierda se resiste mejor con la mente afilada y los sentidos alerta, estando siempre atento a la acción y la reacción. Con la mente afilada y estando siempre abierto a la sugestión artística. Una manera como cualquier otra de resistir.
Hoy vanguardia es tener el cuajo suficiente para aguantar a los que dirigen el mundo,algunos,terroristas sicologicos,otros tirando bombas a los que no piensan como ellos,algunos,muriendose y queriendo morir matando,y luego están los que llevan 2000 años salvando el mundo.Arte es hoy poder sobrevivir.....Y tambien es arte tener imaginación para seguir viviendo
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