viernes, 3 de agosto de 2012

Palabra de Draghi

Me esfuerzo en comprender por qué el sector mediático "alaba", "oye" y da todo el bombo posible a las declaraciones de esta figura caricaturesca. Me repito a mi misma que es su trabajo (el de los medios), no tanto el contar qué sucede, sino el hacer de cristal reflectante de los intereses de la clase política liberal dominante y de la clase de líderes económico-financieros, que por cierto, se ven cada vez más atrapados en una tela de araña de la que es muy difícil rastrear su origen.

NOTA: "Clase" y no "casta" es el término que elijo para referirme a estos colectivos sociales. Si no tenemos cuidado con el lenguaje, y adoptamos el discurso mediático -ojo, y sindical- hecho a fuerza de golpes de efecto, podemos decir cosas que no queremos. En una sociedad de castas, nosotros seríamos los "intocables". Si asumimos tener "castas" superiores, a nosotros se nos reserva el lugar de los "parias".

Una vez consumadas las declaraciones de esta especie de mesías esperpéntico que nos ha tocado ahora, comienzan los dominios de lo que NO COMPRENDO. No comprendo por qué los mercados parece que suben ante la expectación de su comparecencia. Y no comprendo por qué se desploman y la prima de riesgo vuelve a la barrera psicológica de los 600 puntos (aunque, atención, hace un mes dicha barrera estaba en los 500). No comprendo por qué esta fantasía que son los mercados se mueve al compás de palabras que no dicen nada. No comprendo por qué se pretende someternos a un estrés casi insoportable como sociedad. 

¿Cuándo llegó la valorización a separarse tanto del producto (de su valor de uso, de sus costes de producción) para llegar a compras y ventas de "bienes" que no tienen existencia material? Y la pregunta más dura: ¿Qué tiene que pasar para que pare? Por lo pronto, no se sabe. Porque, con la que está cayendo, y aun considerando "inaceptables" (palabra de Draghi) las primas que pagan los países "con problemas", no va a haber una intervención del banco-papá que nos corresponde (el BCE) y vamos a seguir en caída libre.

Y todo esto, a pesar de que personalmente considero que la situación financiera de Europa no se arregla con una compra masiva de bonos cortesía de Draghi y con el beneplácito de su Trinidad (perdón, la Troika), pero de alguna manera habrá que frenar la escalada de la deuda pública antes del que debería ser objetivo primordial: reestructurar los intercambios financieros, poner freno a la especulación y proteger los tejidos productivos y los ahorros monetarios de la gente real.

Ya no se sabe qué es mejor: que actúe el BCE o que no actúe, porque visto lo ocurrido en Grecia, el precio es demasiado alto. 
Estamos jodidos. Palabra de Draghi. (Y no dice el "vosotros os lo habéis buscao", lo deja entrever con sonrisita... y Mariano se siente "reconfortado"... Qué país.)

 
Imagen tomada del blog "Heraldo Sanitario de Oregón".

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