viernes, 19 de octubre de 2012

Bartlebys

Conclusiones de la lectura de Bartleby y Compañía, o de cómo un relato fragmentado sobre la Literatura del No (escritores que dejaron de escribir, o que desaparecieron, o ambas cosas, o escritores sin obra), en forma de notas a pie de texto invisible, te convierte en un fanático del Sí, del vamos a leérnoslo todo, del hacer listas interminables de novelas, del rastrearlas todas en las bibliotecas de los pueblos de al lado, de eso de que no he acabado uno y ya quiero comenzar con el otro...
Conclusión primera:  recopilar justificaciones ingeniosas, para evitar pensar que son justificaciones: si vas a dejar de escribir, por cualquier motivo, invéntate un "tío Celerino" que haya dejado de contarte las historias, cfr. la nota sobre Juan Rulfo, el autor de Pedro Páramo.

Conclusión segunda: descubrir a Salinger en escenas de autobús junto con un extraño objeto de deseo, ensayos y errores mentales para morirse de la risa.

Conclusión tercera: es delicioso comprobar cómo había grandes talentos que sabían esconderse. De hecho, uno de sus grandes talentos era esconderse... con esa clase de talento es imposible tener una vida aburrida. Me quedo con Traven y todos sus demás nombres.

Conclusión cuarta: es reconfortante encontrar a otro alguien, aunque no sea un alguien sensu stricto, sino un narrador ficticio, que esté de acuerdo conmigo en que, a pesar de ser un poeta inalcanzable, Rimbaud era un gran gilipollas.

Conclusión quinta: es paradójico que el autor se refiera a la pintura como si la emprendieras con el cosmos desbordante de resplandores con un simple cepillo de dientes; que sí, que es verdad, pero no es menos frustrante emprenderla con un agujero negro de sensaciones corporales y másallás con un gran montón de uniones convencionales de sonidos y letras. Que sí, que Duchamp se lo montó muy bien, pero a los demás nos queda esa desazón abisal de quedarnos incompletos de Vida en la Literatura.

Conclusión de conclusiones: entre novela de trama y novela de entretenimiento, sacad un rato para leer Bartleby y Compañía, os dará ideas, y os entrarán ganas de dejar de escribir, si es que lo hacéis, esperando que Vila-Matas se plantee una revisión y ampliación de este libro y os incluya.

No hay comentarios:

Publicar un comentario