miércoles, 12 de febrero de 2014

Ojos como los de Cortázar



Los ojos de mi niña son como los de Julio Cortázar a ratos, cuando está dormida. Claro que son mucho más lindos. Perdona Julio, pero no hay pasión literaria que pueda con la pasión de una madre, especialmente la de una que, sentada en el suelo, arrastra el bolígrafo por papel mientras una manita ávida de tacto y aprendizaje le boicotea el escribir.
En fin, que hay veces que, cuando duerme en mis brazos, sus ojos son como los tuyos, Julio, rasgados sin un porqué ni un origen claro; oblicuos, como podría ser el camino hacia un mundo nuevo. En ese camino aprenderíamos a sentirnos como de otras latitudes y al final, incluso hasta nos comprenderíamos, sin pensar en que somos del norte o del sur.
Pues sólo con ojos oblicuos se ven todas las capas de los sueños y los despertares, se puede perseguir la melodía perfecta, beberte las babas del diablo y dar la vuelta al día en ochenta mundos.Y seguir vivo, ahí es nada.
Hoy, a pesar de tus aniversarios, es un día feo. Y no por la lluvia, sino porque parece que hoy ganan personas insolentes, que insultan la misma vida que pretenden legislar. 
Por eso hoy, celebro la magia oblicua de los ojos de mi niña y decido ponerme a leer Rayuela, como si la leyera por primera vez.

2 comentarios:

  1. No se puede ser mas delicada y mas tierna escribiendo y describiendo a la vez sensaciones y opinión.... gracias

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  2. Gracias por tus palabras, sabes que son comentarios así los que animan a seguir escribiendo...

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