lunes, 28 de enero de 2013

Una tregua

Es precisamente lo contrario de los días sin escribir. Precisa y ajustadamente. Los días que no escribo pienso que está bien, que no pasa nada, que vivo más tiempo. En busca de las palabras más reales, me pierdo en expediciones de análisis de un mundo que no comprendo, rastreo una cierta solidez a mi alrededor, me conformo quizá con esa sólida certeza que parece que yace siempre en palabras de otro.

Me conformo quizá. O quizá los tallos no florecen porque estamos en enero. 

Al final del texto imaginado, hacia el final de la melodía de los metales, cambio de opinión. Lo mejor, mejor que estas palabras y sus muchas o pocas lecturas, más allá de un suelo y unas pisadas que nunca serán del todo concluyentes, es poder tomarme del vientre y, simplemente, sentir. Nunca el cielo se abrirá lo suficiente, tanto, tan infinito e inagotable, como yo lo abro con mis manos ahora.

El día de hoy es como una tregua en Beirut.


Beirut. Elephant Gun

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